La glucosa es necesaria para que el organismo funcione correctamente. Se trata de una fuente de energía importante y del alimento que ayuda a que las neuronas puedan trabajar bien. Sin embargo, el nivel de glucosa normal en los niños es distinto al de los adultos. Conocerlo es relevante para saber cuándo está estable o hay un desequilibrio que se debe tratar. Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), durante el primer año de vida la glucosa normal estará entre los 7 y 9 mg/kg/min. Después, hasta los 6 años los parámetros deben mantenerse entre 6 y 7 mg/kg/min. Posteriormente, hasta los 14 años, los niños presentarán unos niveles de glucosa entre 5 y 6 mg/kg/min. Estos parámetros, como vemos, disminuyen con la edad. Diabetes, cuando la glucosa supera los niveles normales

La diabetes juvenil (o tipo 1) es frecuente en niños. Se trata de una enfermedad autoimmune que impide que las células del páncreas produzcan insulina. Como consecuencia, los niveles de glucosa se disparan generando una serie de síntomas bastante desagradables. Sin embargo, hay otro tipo de diabetes, la conocida como tipo 2 que preocupa cada vez más.

A diferencia de la diabetes juvenil, la de tipo 2 tiene que ver con una serie de hábitos perjudiciales. Una alimentación basada en ultraprocesados y el sedentarismo pueden provocar su aparición. La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que “este tipo de diabetes solo se observaba en los adultos, pero en la actualidad se diagnostica cada vez más a los niños”.

Los síntomas que alertan que puede haber un problema con el nivel de glucosa normal en los niños son la sensación de sed desmedida acompañada de un hambre voraz, una pérdida de peso inexplicable y la necesidad de orinar de forma más frecuente a la habitual. Asimismo, la AEPED también informa de que puede aparecer el cansancio y la fatiga.

Hipoglucemia, niveles bajos de glucosa que constituyen una urgencia

Contrariamente a la diabetes, cuando el nivel de glucosa normal desciende más allá de lo recomendado estaremos ante una hipoglucemia. La AEPED indica que “es el trastorno metabólico más frecuente en la infancia”, pero quizás lo que más nos importa es que requiere de un abordaje urgente. Puede llegar a causar convulsiones e incluso daños cerebrales serios.

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