Investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) en EEUU han presentado, en una de las Sesiones Científicas de la Asociación Americana de Diabetes celebrada recientemente, resultados positivos sobre sus ensayos de la vacuna del bacilo Calmette-Guérin (BCG) para reducir de manera segura y significativa los niveles de azúcar en sangre.

En la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune que actualmente no tiene cura, las células T atacan el páncreas y destruyen su capacidad para crear insulina, una hormona vital para permitir que la glucosa ingrese a las células para producir energía. En trabajos anteriores, Denise Faustman, directora del Laboratorio de Inmunobiología del MGH, y sus colegas descubrieron que el BCG estimula una sustancia llamada TNF, que elimina las células T dañinas y ayuda al desarrollo de células beneficiosas llamadas células T reguladoras o Tregs.

Los hallazgos clave incluyen una nueva comprensión de cómo la respuesta a la vacunación con BCG difiere según la edad de inicio del paciente y un apoyo adicional para el papel de la vacunación con BCG para alterar el transporte de glucosa y cambiar las Treg.

Actualmente, 143 diabéticos tipo 1 han recibido al menos dos dosis de BCG, incluidos 25 pacientes inscritos en un ensayo recientemente lanzado en adultos con inicio pediátrico. A la espera de la aprobación de la Agencia Norteamericana de Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés), MGH tiene como objetivo lanzar un ensayo pediátrico multicéntrico a finales de este año.

“Se informarán más datos de ensayos clínicos aleatorios doble ciego a medida que avancemos hacia una lectura adicional del ensayo de fase II. Tenemos evidencia continua de la capacidad de BCG para restablecer y restaurar el sistema inmunológico”, señala Faustman, investigador principal de ensayos clínicos de BCG en MGH.

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En 2018, MGH publicó los resultados del seguimiento del ensayo de fase I de participantes diabéticos a largo plazo tratados con BCG, que muestran caídas clínica y estadísticamente significativas duraderas en los valores de HbA1c que persistieron con ocho años de seguimiento.

Los nuevos datos presentados muestran que los diabéticos tipo 1 con una edad de inicio menor de 21 años tienen un tiempo de respuesta más rápido y un mayor cambio en la HbA1c que los diabéticos tipo 1 de inicio en la edad adulta. Además, durante un período de tres años, el BCG devuelve la expresión génica en Treg en los diabéticos tipo 1 a un patrón consistente con los sujetos de control que no son del tipo 1. Y la respuesta de HbA1c a los dos años en sujetos de inicio juvenil es consistente con la respuesta de tres años observada en el estudio de Fase 1.

“La BCG es una vacuna antigua, pero parece estar presentando nuevos regalos. Estos nuevos datos de MGH añaden la comprensión cada vez mayor de cómo el BCG cambia la forma en que el cuerpo responde a las enfermedades autoinmunes e infecciosas”, afirma Nigel Curtis, del Instituto de Investigación Infantil Murdoch en Melbourne, Australia.

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