Investigaciones del IDIBAPS han descubierto un nuevo mecanismo que explica por qué el ejercicio ayuda a controlar la diabetes: Al moverse sus músculos liberan microRNAs que mejoran la función del hígado y la sensibilidad a la insulina.

Que el ejercicio físico tiene efectos beneficiosos en el metabolismo y en especial, en el control de la diabetes hace tiempo que se sabe.

Los mecanismos a través de los cuales la actividad física consigue tales beneficios han sido ampliamente estudios, pero ahora investigadores del IDIBAPS han arrojado luz en este sentido.

Para ser que la clave está en los microRNAs que liberan los músculos al hacer ejercicio físico, lo que mejoraría sustancialmente la resistencia a la insulina.

Qué son los micro RNA

Los microRNAs son pequeñas moléculas que tienen la capacidad de regular la expresión de los genes.

Recuerde que un gen puede permanecer apagado o encendido, activo o inactivo y en este proceso influyen agentes externos que dependen de uno mismo, lo que se come, el ejercicio que se hace, si fuma o no.

Así pues, puede haber nacido con un gen que le predispone a tener cáncer de pulmón, pero si nunca fuma, probablemente no desarrolle la enfermedad.

Al realizar esta aclaración, prácticamente todas las células pueden secretar microRNAs.

Los microRNAs se distribuyen a través de la sangre por todo el organismo.

Contenido en exosomas, unas diminutas vesículas capaces de transportar los microaRNs por todo el cuerpo.

Se sabe que los cambios del perfil de microRNAs que circulan por la sangre se asocian a varias enfermedades, incluidas las metabólicas, por tanto, analizarlos es muy útil para mejorar su diagnóstico y ajustar los tratamientos. En realidad actúan como biomarcadores porque aportan información muy valiosa.

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Mircro RNA y ejercicio físico

Ahora, este nuevo este estudio que se ha publicado en la revista científica PNAS demuestra que cuando se practica ejercicio físico se producen cambios en el patrón de los microRNAs que mejoran la resistencia a la insulina.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores administraron exosomas que son los que contienen microRNAs de ratones que hacían ejercicio a ratones sedentarios.

Se observó que esos exosomas eran capaces de modular la expresión de ciertos genes en el hígado, lo que mejoró la sensibilidad a la insulina.

El primer autor del estudio es Carlos Castaño, investigador predoctoral y ha sido coordinado por Anna Novials, jefa del grupo Patogenia y Prevención de la Diabetes del IDIBAPS y del grupo del CIBERDEM.

Comunicación músculo Hígado

Cómo se decía al inicio, son muchas las investigaciones que han indagado en los mecanismos que vincula el ejercicio con la prevención de la diabetes, pero el trabajo del IDIBAPS muestra una gran novedad en este sentido.

“El estudio revela un mecanismo de comunicación entre diferentes órganos, en este caso músculo e hígado, poco explorado hasta la fecha, y proporciona una nueva diana terapéutica para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico”, destacaron los investigadores.

“Esta nueva vía resulta de particular interés para aquellos pacientes de avanzada edad o con problemas de fragilidad física que les impida realizar esfuerzos intensivos”. Agregan.

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