La diabetes puede aumentar el riesgo de enfermedad del hígado graso no alcohólico, una condición caracterizada por el exceso de grasa que se acumula en el hígado, incluso si consumes poco o nada de bebidas alcohólicas.
De acuerdo con especialistas, cerca del 50% de pacientes con diabetes tipo 2 presentan hígado graso. Y la obesidad es un factor de riesgo para pacientes con diabetes tipo 1 y personas en general. Cabe resaltar que existen otras afecciones que aumentan el riesgo de esta enfermedad, como son: el colesterol alto y la presión arterial alta.
La enfermedad del hígado graso en sí misma generalmente no causa síntomas. Pero aumenta el riesgo de desarrollar inflamación o cicatrización del hígado (cirrosis). También se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de hígado y enfermedades cardíacas y renales.
Las siguientes acciones de prevención y tratamiento son importantes para controlar la enfermedad:
- Equilibra tu nivel de azúcar en la sangre, con ayuda de tu médico y con actividades diarias que te permitan regularlo.
- Mantén un peso saludable, si tienes que bajar de peso, ejercítate y consulta con el médico.
- Toma medidas para reducir la presión arterial alta.
- Mantén el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL, o “malo”) y los triglicéridos dentro de los límites recomendados.
- No ingieras alcohol en exceso.
Si tienes diabetes, tu médico te puede recomendar un examen de ultrasonido del hígado para monitorear la función hepática.
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