Todos estamos conscientes de la importancia, frecuencia, presencia e impacto de la diabetes en nuestro diario vivir. De hecho, también tenemos presente que debemos mantener ciertos niveles de azúcar en la sangre para evitar problemas. 

Por esa razón existen muchas herramientas que nos ayudan a mantener esos niveles aceptables, según indicó la doctora Myriam Allende, endocrinóloga, profesora de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas, presidenta Capítulo de Puerto Rico del American Association of Clinical Endocrinologists a Medicina y Salud Pública. 

Es por esa misma situación que la doctora, explicó a detalle el método con el cual deben precisarse esos niveles por parte de los expertos, pero que también deben conocer los pacientes, quienes a su juicio, tienen que conocer su cuerpo tras ser diagnosticados con la enfermedad. 

¿Cómo sabemos cuánta azúcar tenemos en la sangre?

1. Podemos ir al laboratorio a medirla: en ayunas o a las dos (2) horas de tomar una bebida dulce (tolerancia de glucosa).

2. En el laboratorio se hace prueba de hemoglobina A1c (glucosilada). Ese número es un reflejo de cómo ha variado el azúcar por los pasados tres (3) meses.

3. Podemos medir el azúcar en la casa con los glucómetros, en cualquier momento.

4. Podemos usar los monitores de glucosa continuos.

“Los glucómetros, dependiendo de la marca y certeza, nos dan una idea bastante fiel del azúcar en la sangre.  El valor de azúcar en el glucómetro es parecido, pero no igual al de la sangre.  Este valor puede afectarse por la técnica, la máquina, el uso de vitamina C o el acetaminofén”, explicó  Allende. 

El uso del glucómetro – continúo – es esencial en el manejo de las personas con diabetes tipo 1, las personas que usan insulina para determinar y tratar los eventos de hipoglucemia, y para ver el impacto de medicamentos, ejercicio y alimentos en los niveles de azúcar.

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Para la endocrinóloga, los monitores de glucosa continuos son la última herramienta disponible para saber a tiempo real los niveles de glucosa.  Existen dos tipos: el profesional y el personal. Ambos miden los niveles de azúcar cada cinco minutos sin necesidad de pincharse el dedo. 

Ambos dan la oportunidad de ver la variación en niveles de día y de noche por varios días. Los sensores se colocan detrás del brazo y se quedan pegados por 14 días. La persona se puede bañar y hacer todas sus actividades mientras tiene el sensor puesto. Los datos se graban y se reciben en un monitor o en un teléfono inteligente. 

El monitor profesional es colocado en la oficina de su médico y luego se interpretan los datos recopilados. 

Por su parte, el monitor personal tiene la virtud de ofrecer al momento gráfico de cómo van cambiando los niveles de azúcar, inclusive puede señalar mediante alarmas o flechas si estos están subiendo o bajando demasiado rápido, explicó Allende, quien añadió que  ambos sistemas pueden ayudar al médico y al paciente a modificar terapias para controlar el azúcar.

El mayor impacto en bajar los niveles de azúcar en la sangre lo tienen, en orden de mayor a menor, las insulinas y algunas pastillas para la diabetes. El uso de los glucómetros o los monitores continuos nos facilitan el poder ajustar las dosis obteniendo mejor control de la enfermedad.

“Claro, para obtener beneficios de estas herramientas hay que usarlas.  A mayor tiempo que el paciente las use, las mire y haga ajustes de terapia, mayores beneficios obtendrá” dijo la catedrática, quien recomendó a los pacientes mantenerse en comunicación  sobre las indicaciones y uso de estas nuevas herramientas para el autocuidado de la diabetes.

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