Investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP), en Estados Unidos, han demostrado que un dispositivo experimental puede mejorar el control de la glucemia en pacientes que desarrollaron diabetes después de que se les extirpara el páncreas para tratar su hiperinsulinismo, una enfermedad genética en la que el páncreas produce demasiada insulina, según publican en la revista ‘Diabetes Care’.

Mediante una combinación de monitorización continua de la glucosa, dos bombas hormonales y un algoritmo, el dispositivo, conocido como páncreas biónico bihormonal (BHBP) y desarrollado por investigadores de la Universidad de Boston, ayudó a los pacientes de hiperinsulinismo (HI) con diabetes a mantener estables sus niveles de glucosa durante el periodo de estudio.

“El control de los niveles de glucosa en los pacientes con HI y diabetes pospancreatectomía es extremadamente difícil porque tienen insulina residual muy desregulada, por lo que a menudo fluctúan entre niveles bajos y altos de azúcar en sangre”, explica Diva D. De León-Crutchlow, Jefa de la División de Endocrinología y Diabetes y Directora del Centro de Hiperinsulinismo Congénito del Hospital Infantil de Filadelfia.

“Nuestro estudio demuestra que el páncreas biónico bihormonal ofrece un control glucémico a estos pacientes sin el riesgo de error humano en el cálculo de las dosis”, añade.

El HI congénito es un trastorno genético en el que las células del páncreas, llamadas células beta, segregan demasiada insulina. Dado que la insulina ayuda a transportar la glucosa de la sangre a las células, el exceso de insulina provoca un nivel bajo de azúcar en la sangre, o hipoglucemia, una situación peligrosa que puede provocar convulsiones, daños cerebrales y posiblemente la muerte.

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Aunque aproximadamente el 50% de los niños con esta enfermedad responden a la terapia médica, la otra mitad necesita una intervención quirúrgica para la extirpación parcial o casi total del páncreas. Esto provoca una diabetes pospancreatectomía (DPP) y una producción desregulada de glucagón, una hormona formada en el páncreas que promueve la descomposición del glucógeno en glucosa en el hígado.

Actualmente, el tratamiento del IH tras la extirpación del páncreas consiste en esperar hasta que la hipoglucemia asociada a la IH se convierta en hiperglucemia debido a la falta de insulina. En ese momento, los pacientes pueden ser tratados con pequeñas cantidades de insulina, cuyos niveles deben ser calculados por un cuidador. Sin embargo, ese enfoque implica un retraso en la atención, y dados los vaivenes entre la hipo e hiperglucemia, el cálculo adecuado de la dosis y el tiempo puede ser estresante para las familias.

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