La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la diabetes como una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.

Es una enfermedad silenciosa que, si no es controlada correctamente a través de la aplicación de insulina y medicamentos, puede afectar diferentes órganos del cuerpo entre ellos los ojos.

Además, la diabetes se reconoce como una de las principales causas de ceguera producto de la retinopatía diabética, una complicación que aparece como resultado del daño en los vasos sanguíneos del tejido ubicado en la retina y la cual afecta la visión de un gran porcentaje de adultos mayores con diabetes.

También puede llegar a presentar otras complicaciones oculares como glaucoma, cataratas y  desprendimiento de retina.

Los casos leves, se pueden manejar siguiendo las indicaciones en la toma o aplicación de medicamentos, mientras que los graves, pueden requerir de tratamiento con láser o con la cirugía vitrectomía, utilizada para detener hemorragias en el ojo o para recuperar al paciente de un desprendimiento de retina.

Si eres diabético, desde el momento mismo de la detección de la enfermedad es necesario que cuentes con un equipo de especialistas multidisciplinario y en este caso, destacamos la importancia de contar con un oftalmólogo, programando controles regulares, si es posible, antes de que empiecen a aparecer complicaciones como sombras, visión borrosa, dificultad para ver en las noches o sangrado en el ojo.

Manejar correctamente tus niveles de azúcar en sangre, con medicamentos y apoyándote en la ingesta de alimentos saludables y la práctica de alguna actividad deportiva, puede retardar los problemas oculares propios de la enfermedad.

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