Ser diagnosticado con diabetes es una de las noticias más difíciles para un ser humano. Aún más, cuando el paciente con esta enfermedad se encuentra en plena flor de su infancia y debe someterse a estrictos y en ocasiones incómodos estilos de vida saludables. 

La Revista Medicina y Salud Pública (MSP) conoció la emotiva historia de un paciente que fue diagnosticado con diabetes tipo 1 a sus once años edad -etapa en la que los niños disfrutan de caramelos, golosinas y lo dulce de la vida-. Daniel Barbosa Cruz es colombiano, futuro periodista y quien recientemente cumplió su mayoría de edad, enfrenta la diabetes desde su infancia y hoy da un mensaje esperanzador a quienes padecen esta condición, pero explica lo difícil que fue acoplarse durante su niñez a la diabetes.

“Fue el 20 de julio del año 2011 en que me di cuenta completamente que tenía diabetes. Yo siempre he sido un niño muy hiperactivo y feliz. Hubo un tiempo en el que no quería volver al colegio, en el que yo me quería quedar acostado y no quería salir de mi casa porque tenía miedo. El 20 de julio me dio la pálida como se dice coloquialmente, llegué a bajar a más de 10 kilos en dos semanas, me mandaron muchos exámenes y resulta que la glucometría estaba demasiado alta, incluso más allá de los límites que reporta el glucómetro. Me mandaron a hospitalizar inmediatamente y al momento de estar hospitalizado duré 15 días más sin ir al colegio. Yo me sentía débil constantemente, me sentía cansado, tenía sueño prolongado, estaba muy triste, tenía mucha sed, tenía mucha hambre todo el tiempo, orinaba mucho, incluso no completaba las noches de sueño y me tenía que levantar a las tres de la mañana a entrar al baño. Sentía tembladera, no podía caminar tranquilo porque sabía que en algún momento me iba a dar maluquera y no sabía por qué. Fue un proceso bastante complicado”, contó emotivamente Daniel.

Diagnóstico irreversible: diabetes tipo 1 o diabetes juvenil

MSP no solo conoció el testimonio de Barbosa, sino que también entrevistó a la endocrinóloga tratante del paciente: la Dra. Andrea María Uribe. La galena explicó el proceso al que el paciente se enfrentó y cómo gracias a su disciplina ha logrado llevar una vida casi que normal. 

Daniel es un paciente con diabetes tipo 1, o sea, tiene una destrucción absoluta de las células beta. Cuando hacemos el diagnóstico en estos pacientes, la idea es que tengamos un buen control desde el inicio de su enfermedad, porque como ellos son pacientes pequeños, su vida va a cambiar. Y la idea es que ellos desde el comienzo sean muy conscientes de la enfermedad y evitemos las complicaciones que llevarían a largo plazo”, explicó la endocrinóloga.

Bomba de insulina: ‘milagro’ en la ciencia y en la vida de Daniel

La bomba es un pequeño aparato que introduce pequeñas cantidades de insulina en el cuerpo durante todo el día gracias a un mecanismo para la infusión de insulina. Este dispositivo, según Daniel“fue el cambio de la tierra al cielo porque me mejoró en todo la calidad de vida”,

“Daniel venía muy juicioso colocándose insulina, tanto una insulina basal que lo cubría durante 24 horas, como la insulina rápida que colocaba con cada consumo de alimento. Al hacer este seguimiento encontramos que Daniel tenía muy mal control metabólico hacia hipoglucemias e hiperglucemias. El peligro de las hipoglucemias es que el paciente convulsiona.

Daniel ya tiene la bomba, es un paciente muy adherente a la terapia, viene a sus consultas periódicamente, tiene buen control de conteo de carbohidratos y usa el sensor en la forma que debe usarse por lo menos en un 80 por ciento. Nosotros nos vemos mes a mes para verificar que la dosis de insulina que le está emitiendo la bomba sea la adecuada y que estemos corrigiendo la dosis de insulina adecuada con el conteo de carbohidratos que tiene. (…) Daniel es un paciente que va a ir con terapia de por vida con insulina”, ahondó la Dra. Uribe.

Este tratamiento ha garantizado que Daniel pueda llevar su vida como cualquier otro ser humano sin la enfermedad.

“Con la bomba de insulina yo me siento tranquilo en un futuro cercano o lejano porque yo sé que ella -la bomba de insulina- va a cuidar bien de mi salud mientras yo sigo siendo responsable con ella”, expresó esperanzado el paciente. 

Según la endocrinóloga Uribe, la bomba de insulina trae múltiples beneficios para los pacientes con diabetes, el más importante: evita complicaciones a largo plazo por la enfermedad.

“Los beneficios de la bomba son evitar las complicaciones a largo como daño renal, daño en las terminaciones nerviosas, daño en la parte vascular y daño en los ojos. Eso lo vamos a lograr teniendo un adecuado control glucométrico o metabólico en nuestro paciente. Realmente un paciente que usa bomba de insulina es un paciente que es muy bien seleccionado porque es un paciente que va a ser muy adherente a su tratamiento de la diabetes”, dijo la especialista.

Mensaje de esperanza

Pese a las adversidades y dificultades que un paciente diabético debe enfrentar por su condición, los estilos de vida saludables siguen siendo un faro de luz de esperanza para quienes padecen la enfermedad. Es por eso que paciente y médico exhortan a la comunidad a cuidar su salud y evitar comorbilidades de la condición. 

“Quiero que lleven un mensaje muy importante: cuiden su salud con estilos de vida saludables, dieta y ejercicio y siempre seguir las recomendaciones de su médico tratante”, aconsejó la endocrinóloga Uribe.

“A todos a quienes tienen diabetes, al igual que yo quiero mandarles un fuerte abrazo, mandarles un saludo y una sonrisa llena de esperanza. Esta vida no es fácil, pero hay que aprender a vivirla. Quiero decirles que se cuiden mucho, que aprendan a llevar esto a través de sus hábitos alimenticios, a través de ejercicio y buena comunicación con su médico, que es fundamental”, concluyó el paciente Daniel Barbosa en diálogo con MSP.

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