Un estudio revela el potente efecto antiinflamatorio de la nicotinamida, una forma de vitamina B3, podría ayudar a prevenir y tratar la arteriosclerosis y también se sospecha también que podría ser una terapia efectiva para la diabetes.
La arteriosclerosis se produce como consecuencia del envejecimiento natural de las arterias, igual que ocurre con las articulaciones en la artrosis, aunque obviamente factores como la alimentación y el tabaco aumenta el riesgo.
Ahora un estudio dirigido por investigadores del CIBER de diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) en el Institut de Recerca del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau ha demostrado el potencial efecto protector contra la arteriosclerosis de una de las formas de la vitamina B3, la nicotinamida.
Nicotinamida, una forma de vitamina B3
La acumulación de placa en las arterias es un proceso que puede iniciarse a los 20 años, pero no todas las placas que se forman son igual de perjudiciales.
La composición de la placa está formada por:
– Lípidos, es decir, colesterol
– Calcio
– Tejido fibroso
Cuando lo más abundante es el colesterol, el riesgo de rotura de esa arteria es mayor. Por eso el colesterol se relaciona con el riesgo de infarto de miocardio o el ictus.
Este estudio ha demostrado el gran efecto preventivo que tiene una forma de la vitamina B3 en la arteriosclerosis.
“El efecto de la nicotinamida fue tan potente que logró reducir casi a la mitad de la lesión aterosclerótica en ratones tratados”, afirma Josep Juve, investigador del Institut de Recerca del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y del CIBERDEM y uno de los coordinadores del trabajo.
Acción antiinflamatoria
La acción beneficiosa de la nicotinamida reside en su gran poder antiinflamatorio.
Por un lado aumenta citoquinas antiinflamatorias como la IL-10 y por otro lado reduce citoquinas proinflamatorias como la TNFa.
“La acción antiinflamatoria descrita de la nicotinamida en aortas de ratones podría extenderse a otros tejidos, como el tejido adiposo, cuyo estado inflamatorio suele encontrarse frecuentemente alterado en condiciones como la obesidad o diabetes mellitus”, explicó la Dra. Karen A. Méndez-Lara, primera autora de la publicación.
Así pues, este descubrimiento no solo sería positivo para la arteriosclerosis, sino también lo sería para la diabetes o la obesidad.
De hecho, según explica Francisco Blanca Vaca, director del Servicio de Bioquímica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y coordinador del estudio, “los hallazgos forman parte de una línea de investigación sobre el potencial de la nicotinamida en enfermedades de alto riesgo cardiovascular como la obesidad y la diabetes mellitus”.
Un potencial tratamiento para la arteriosclerosis
La arteriosclerosis no avisa: progresa lentamente sin dar síntomas. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica y en estos casos, destacan los autores del estudio, la nicotinamida podría ser un tratamiento potencial por su gran acción antiinflamatoria.
Incluso la suplementación con nicotinamida podría funcionar, ya que en el estudio demostró que tenía efectos favorables frente a la acumulación de placas de ateroma.
La administración de nicotinamida también protege contra la oxidación del colesterol malo, que en definitiva es el proceso que provoca la acumulación de placa en las arterias, que se endurecen y estrechan aumentando el riesgo de infarto e ictus.
Terapia para la diabetes tipo 2
El estudio apunta también que la nicotinamida podría ser muy útil en el tratamiento de la diabetes.
La explicación es la siguiente:
– El organismo utiliza diferentes formas de la vitamina B3 para sintetizar una molécula (nicotinamida adenina dinucleótido o NAD) que mejora la resistencia a la insulina.- Se sabe que la deficiencia de NAD en el organismo está ligada a la diabetes tipo 2 y la obesidad. Por eso, afirma Juvel, “La suplementación con precursores del NAD como la nicotinamida podría ser potencialmente una terapia efectiva frente a estas enfermedades”.
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