Por: Dra. Paola Mansilla Letelier, endocrinóloga

Sabemos desde mucho antes de ocurrir la pandemia de COVID-19 que altos niveles de azúcar desencadenan una reacción inflamatoria en el cuerpo, provocando a su vez que se exacerben y empeoren muchas condiciones médicas. Durante estos últimos meses hemos visto los estragos de esta peligrosa enfermedad y sus complicaciones en pacientes con hipertensión, obesidad y diabetes. Estas condiciones juegan un papel importante en el pronóstico de pacientes infectados con coronavirus.

Pacientes con azúcares descontroladas, no necesariamente diabéticos, sufren de más complicaciones que pacientes con azúcares estables. Estos sirven de predictores de mortalidad durante la hospitalización, según algunos estudios como el publicado en “Journal of Diabetes Science and Technology”.

En este estudio, el cual envolvió más de 1000 pacientes hospitalizados  en varios hospitales de Estados Unidos, se demostró que pacientes con hiperglucemia o diabetes tenían 4 veces más riesgo de morir por Covid 19 que pacientes sin problemas de azúcar. 

Para aquellos que no tenían problemas de azúcar en el pasado y se les diagnosticó durante la estadía, su riesgo de mortalidad era 7 veces mayor. También se vio que el tiempo de hospitalización incrementó de (5.7 días promedio) versus pacientes no diabéticos (4.3 días promedio). Esto demuestra que la diabetes es un factor de riesgo sumamente importante en la progresión y desenlace de la infección por el coronavirus. 


Las guías actuales recomiendan hacerle una hemoglobina glucosilada a todo pacientes que presente una azúcar de >140 mg/dl al momento de entrada al hospital si no se le ha realizado en los 3 meses previos. Si el paciente persiste con una glucosa elevada de más de 180 mg/dl entonces se debe iniciar al paciente en tratamiento con insulina para mantener unos niveles de 140-180 mg/dl. Para pacientes hospitalizados bajo cuidado crítico de se recomienda una infusión continua de insulina mientras que para el resto de los pacientes hospitalizados se recomienda bolos de  insulina rápida con una insulina basal si toleran ingesta de comida.  Pacientes con pobre ingesta se recomienda la insulina basal con bolos de corrección si tiene elevaciones de azúcar episódicas.  Cada hospital debe tener protocolos basados en las guías para poder mantener al paciente euglicémico. Los “Sliding scales” ya no están recomendados según ” American Diabetes Association” y no se debe utilizar como tratamiento por encima de los bolos de insulina pre prandiales como se solía hacer en el pasado. 

También puede interesarte:  Nacidos por cesárea tendrían más riesgo de padecer diabetes tipo 1


En el estudio antes descrito, se pudo ver que pacientes sin el diagnóstico de diabetes pero con azúcares descontroladas tenían una estadía mayor en el que pacientes diabéticos. La razón se desconoce pero se piensa que podría ser que muchos de ellos hayan sido diabéticos sin diagnosticar en el pasado y no estaban en tratamiento. Al no tener el diagnóstico  no se les coloca en el protocolo de monitoreo de hiperglucemia durante la hospitalización y puede ser que por esto se hayan complicado resultando en una estadía más prolongada. 

Teniendo en cuenta de que el azúcar descontrolada es un factor de riesgo para complicaciones en el paciente infectado de Covid 19, se deben tomar todas las medidas para mantener el azúcar en óptimas condiciones antes, durante y luego de la estadía. Esto logrará menos hospitalizaciones, costos médicos, complicaciones y mortalidad. 


En Resumen:

El monitoreo del paciente se debe iniciar desde la sala de emergencia y se debe poner en protocolo de monitoreo de azúcar a todo paciente con un azúcar de más de 140 mg/dl. Si el azúcar se elevara a más de 180 mg/dl durante la hospitalización se debe comenzar al paciente en insulina. Se debe consultar al especialista de Endocrinología para seguimiento de este paciente durante su estadía. 

 La alimentación durante la hospitalización debe ser óptima, evitando alimentos que sean de alto índice glucémico como jugos, comidas procesadas, y/o alimentos que no contengan fibra como arroz blanco o pan blanco. La dieta ayudará a que ese paciente tenga menos descontrol del azúcar, inflamación y pueda combatir la infección de una manera más eficiente junto con el tratamiento médico. 
La hospitalización debe ser un el modelo para que este paciente adopte un estilo de vida saludable luego de su tratamiento. De esta manera, su recuperación será más favorable previniendo posibles complicaciones relacionadas con sus comorbilidades. 

Comentarios de Facebook