La sexualidad es una parte importante en la vida de cualquier persona. La salud sexual es fundamental para vivir en plenitud, con buena autoestima, con equilibrio emocional y con una vida en pareja satisfactoria, pero también está estrechamente relacionada con la salud física. Por todas estas razones, cuando se da un problema sexual o disfunción sexual, quien lo padece puede entrar en un estado de desesperación o angustia, en el que también puede entrar en juego un sentimiento de vergüenza.
Las disfunciones sexuales pueden producirse por diversos motivos, físicos (como, por ejemplo, problemas urológicos o ginecológicos) o psicológicos (como el estrés o la baja autoestima). La mayoría de las personas experimentarán una disfunción sexual en su vida, pero generalmente lograrán superarlas, muchas por sí mismas y otras con la ayuda de un médico.
La diabetes es una importante causa de disfunción sexual, tanto en el hombre como en la mujer.
EN EL HOMBRE:
En los hombres suele interferir en la erección, pudiendo desencadenar disfunción eréctil (incapacidad para conseguir y mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales). La disfunción eréctil, también conocida como impotencia, pueden desarrollarla hasta el 50% de los afectados por la diabetes, pero tiene solución.
Como en el caso de cualquier otro tipo de problema sexual, el primer paso para dejar atrás la disfunción eréctil es aceptarla, comentarlo con la pareja y acudir a recibir asistencia médica. Existen varios fármacos que actúan sobre las terminaciones nerviosas y/o los vasos sanguíneos del pene, posibilitando conseguir erecciones completas.
Lo mismo ocurre con la eyaculación retrógrada, otro problema que puede afectar a los hombres con diabetes (en el momento de la eyaculación, en vez de expulsar hacia el exterior el semen por la uretra, es eyaculado hacia la vejiga, debido al cierre incompleto del cuello vesical). Esta disfunción es producida por la afectación de los nervios (neuropatía diabética), y también tiene tratamiento médico. De no ser tratada, puede producir infertilidad en personas jóvenes y, a largo plazo, aneyaculación (ausencia de eyaculación).
EN LA MUJER
En las mujeres, la diabetes suele estar relacionada con las siguientes disfunciones: disminución o ausencia del deseo sexual, menor intensidad de excitación, dificultad o incapacidad para alcanzar el orgasmo (anorgasmia), sequedad vaginal por lubricación insuficiente y coito doloroso (dispareunia).
Muchas veces, al igual que en el hombre, estos problemas tienen solución. Se debe corregir la hiperglucemia, si existe, y se pueden usar lubricantes y cremas específicas para disminuir la sequedad vaginal. También se puede recurrir a posiciones sexuales más estimulantes durante el coito y, en el caso de estar atravesando la menopausia, algunos tratamientos hormonales, siempre tras recomendación médica, pueden ser muy eficaces.
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