La glucosa es el azúcar que se encuentra en la sangre. Esta proviene de los alimentos que consumes y son la principal fuente de energía. Esto se logra gracias a que la sangre lleva la glucosa a todas las células del cuerpo, para que sea usada como energía.
En pacientes sanos, que no padecen diabetes y ninguna enfermedad relacionada, es recomendable, que los niveles estén entre 70 y 100 miligramos de glucosa por decilitro de sangre (mg/dl).
En el caso de las personas con diabetes, de acuerdo, con la Asociación Americana de la Diabetes, se sugieren los siguientes niveles para adultos, exceptuando a las mujeres embarazadas:
- Glucosa plasmática preprandial (antes de comer): 80–130 mg/dl
- Glucosa plasmática posprandial (1-2 horas después del inicio de la comida)*: Menos de 180 mg/dl
Los niveles de glucosa en la sangre se pueden reducir con diferentes prácticas y hábitos que debes acoger a diario, como por ejemplo:
- Controla los niveles de glucemia a diario y lleva un registro de ellos. Y cuando visites a tu médico, llévalos así lo ayudaras a determinar el tratamiento adecuado.
- Toma adecuadamente los medicamentos formulados por tu médico.
- Pérdida de peso.
- Práctica de ejercicio.
- Consumo de alimentos saludables.
- Acostúmbrate a mirar en las etiquetas de los alimentos la cantidad de carbohidratos que llevan.
Para monitorear los niveles de azúcar en la sangre puedes recurrir a dos métodos:
- Utilizar un medidor de glucosa en la sangre para ver sus niveles de glucosa en el momento.
- Hacerse la prueba del A1C, como mínimo dos veces al año, para conocer el promedio de glucosa en la sangre en los últimos 2 o 3 meses.
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