La diabetes tipo 2 es una afección común que causa niveles altos de azúcar en la sangre. Los primeros signos y síntomas pueden incluir micción frecuente, aumento de la sed, sensación de cansancio y hambre, problemas de visión, cicatrización lenta de heridas e infecciones micóticas.

Es importante identificar a la mayor brevedad posible a las personas con diabetes de tipo 2, tratar de lograr un buen control de la glucosa inmediatamente después del diagnóstico y mantenerlo el mayor tiempo posible para reducir los riesgos de infarto de miocardio y muerte prematura años después del diagnóstico.

Tal afirmación la hicieron los investigadores del UK Prospective Diabetes Study (UKPDS), quienes indicaron que utilizaron métodos modernos para determinar las relaciones estadísticas, entre las mejoras tempranas y tardías de los valores de hemoglobina glucosilada y los infartos miocárdicos y la mortalidad por todas las causas 5 a 20 años más tarde, comentó el Dr. Rury R. Holman.

“Vimos beneficios simulados tanto para los infartos de miocardio como para la mortalidad por todas las causas, siendo mayor el beneficio para la mortalidad por todas las causas”, señaló el Dr. Holman, profesor emérito de medicina diabética, del Departmento Radcliffe de Medicina en la University of Oxford, en Oxford, Reino Unido.

“La introducción de nuevos fármacos antihiperglucemiantes, después del estudio UKPDS, en especial los que no inducen hipoglucemia o aumento de peso, ha facilitado obtener la ventaja de este efecto de ‘legado'”, destacó el Dr. Holman.

Los objetivos en hemoglobina glucosilada deben ser los establecidos por las guías actuales de acuerdo con las características individuales del paciente, explicó.

Invitado para que diera su opinión, el Dr. Hertzel C. Gerstein, quien no intervino en el estudio, hizo eco de estos comentarios.

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“Este nuevo análisis demostró que la reducción temprana de la hemoglobina glucosilada tiene mayores beneficios a largo plazo sobre la muerte y el infarto de miocardio que una reducción posterior”, añadió.

“Resalta la importancia de obtener y mantener el control de la glucemia en una etapa temprana de la enfermedad, y a la vez hace notar que el control tardío de la glucosa tiene beneficio (aunque mucho más débil)”, indicó el Dr. Gerstein, profesor de medicina en la McMaster University, en Hamilton, Canadá.

El presente análisis difiere del estudio Veterans Affairs Diabetes Trial (VADT), que demostró que el control de la glucosa poco después del diagnóstico tenía ventajas cardiovasculares 10 años más tarde, pero no 15 años más tarde, en que está basado en un modelo, no en episodios reales.

Se suma a nuestros conocimientos al demostrar que hay pérdida del efecto beneficioso con el retraso en el control de la glucosa.

“El hecho de que el estudio se llevara a cabo mientras se utilizaban fármacos más antiguos no modifica la importancia del control de la glucosa”, señaló el Dr. Gerstein.

“En realidad, el hecho de que fármacos más nuevos faciliten el control más rápido de la glucosa resalta la importancia de aprovechar la ventaja de esto y hacerlo”, destacó, en coincidencia con el Dr. Holman.

¿Es importante el momento del control de la glucemia?

Tener hemoglobina glucosilada 1% más baja 10 años más tarde se relacionó con disminución más pequeña del riesgo de infarto de miocardio de 6,5% durante el seguimiento.

Expresado de forma diferente, los hazard ratio para infarto de miocardio por cada 1% de incremento en la hemoglobina glucosilada fueron de 1,13, 1,22, 1,27 y 1,31 a los 5, 10, 15 y 20 años de seguimiento, respectivamente.

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Y los hazard ratio para la mortalidad por todas las causas por cada incremento de 1% en la hemoglobina glucosilada fueron de 1,08, 1,18, 1,28 y 1,36 a los 5, 10, 15 y 20 años de seguimiento, respectivamente.

“Nuestro estudio demostró incremento en el riesgo de mortalidad por todas las causas > 30% a los 20 años por unidad de incremento en la hemoglobina glucosilada, en comparación con 10% a 20% de estudios previos, y esta diferencia probablemente aumentará aún más para muchos pacientes durante el curso de la vida”, señalaron los investigadores.

Los estudios de resultados de intervenciones cardiovasculares con fármacos antidiabéticos probablemente han subestimado los efectos beneficiosos del control de la glucemia, señalaron, pues en general solo duran de 3 a 5 años.

“Dados estos considerables efectos de ‘legado’, es necesario que las guías, los médicos y la práctica clínica den más importancia a la detección temprana de la diabetes de tipo 2 (cribado) y a la optimización de la glucemia para prevenir más efectivamente las complicaciones a largo plazo y lograr una esperanza de vida más normal para personas con diabetes de tipo 2”, concluyeron Lind y sus colaboradores.

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