Investigadoras del CSIC demuestran que una mezcla de cacao y algarroba es efectiva frente a problemas cardíacos relacionados con la diabetes.
Investigadoras del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han desarrollado una mezcla de cacao y algarroba sin azúcar con efectos antiinflamatorios que protege frente a la miocardiopatía diabética. Este compuesto amplifica su efecto en combinación con la metformina, el fármaco más utilizado en el tratamiento de la diabetes tipo 2.
La investigación, publicada en la revista científica Antioxidants, ya ha sido probada en modelo animal de diabetes y abre la puerta a tratamientos que combinen el cuidado de la diabetes y la función cardíaca. Aunque en la actualidad se dispone de numerosos fármacos para el control glucémico de pacientes con diabetes tipo 2, en la mayoría de los casos estos no logran prevenir las complicaciones cardíacas.
“Los compuestos bioactivos de la dieta, como los polifenoles, han recibido gran atención en los últimos años por su demostrada eficacia en la prevención de enfermedades cardiovasculares sin efectos secundarios adversos”, indica la investigadora principal del estudio, María Ángeles Martín, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN-CSIC) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM, ISCIII).
El cacao es un alimento rico en polifenoles con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y cardioprotectoras. Sin embargo, en estado puro, su sabor es amargo y poco atractivo para la mayoría de personas. Este sabor suele modificarse añadiendo azúcares, generando así productos con un peor perfil nutricional y contraindicados para las personas diabéticas.
“Por el contrario, la algarroba, rica en polifenoles y fibra ha demostrado ser una buena opción para combinar con el cacao y generar una mezcla con un alto contenido de compuestos bioactivos y con un sabor menos amargo”, explica la investigadora. Esta legumbre típica de la zona del Mediterráneo posee un poderoso principio activo con efectos similares a la insulina, el D-pinitol.
La algarroba también protege el hígado, previene la osteoporosis y mejora la retención de queratina, y en su contenido nutricional destacan las proteínas (0.3 gramos por 100 gramos), la fibra (2,4 gramos por 100 gramos) y los nutrientes esenciales como calcio, hierro, magnesio y fósforo.
Finalmente, este alimento es dulce, lo que lo convierte en un sustitutivo cada vez más popular de los edulcorantes y los ingredientes azucarados como el chocolarte en las recetas de repostería saludable. En comparación, solo tiene un 1% de grasa mientras que en el caso del cacao el porcentaje se eleva casi al 30%.
De esta forma el equipo científico, donde también han participado investigadores del CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES, ISCII) y de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), codesarrolló ensayos in vivo en los que se suplementó a ratas diabéticas y con obesidad con el producto de cacao y algarroba.
“Los animales mejoraron los niveles de glucosa en sangre, tanto en ayunas como después de las comidas. Igualmente, la mezcla de cacao y algarroba protegió al corazón del aumento del estrés oxidativo y la inflamación asociados a la diabetes tipo 2, lo que evitó el desarrollo de la miocardiopatía diabética”, expone Martín.
Además, los investigadores comprobaron que la mezcla de algarroba y cacao combinada con metformina mejoró la protección frente a complicaciones cardíacas.
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