Más de 4,8 millones de personas, se encuentra en situación prediabética (presenta intolerancia a la glucosa o glucosa basal alterada), la prevención se convierte en la principal arma contra esta pandemia silenciosa.
La aparición de esta enfermedad está ligada a algunos factores de riesgo como “el sobrepeso, la tensión agregada, la hipertensión, el colesterol elevado o enfermedades cardiovasculares; aunque lo que más influye son los antecedentes familiares y la obesidad”, ha explicado Virginia Bellido, vocal de la SED y experta en Diabetes. También existen otro tipo de situaciones especiales como la diabetes gestacional, que afecta a entre el 5 y el 7% de todos los embarazos. Esta normalmente desaparece a las pocas semanas de dar a luz, pero aumenta las probabilidades de sufrir diabetes en un futuro.
La modificación de los hábitos de vida y los cambios en la alimentación están detrás del aumento de este tipo de diabetes, que es unas diez veces más frecuente que la tipo 1. Que el ser más sedentarios, comer más alimentos procesados, ricos en azúcares y grasas saturadas, hayan influido de manera negativa, da una pista muy importante sobre cómo prevenir la diabetes de tipo 2.
Prediabetes
La prevención es vital para las personas que se encuentran en situación prediabética, es decir, personas que, sin llegar a alcanzar los criterios diagnósticos de diabetes, presentan valores de glucosa por encima de lo ideal. Según la Fundación para la Diabetes Novo Nordisk, las situaciones prediabéticas se podrían dividir en tres grupos: una glucemia basal alterada, es decir, aquellas personas con valores de la glucosa en ayunas entre 100 y 125 mg/dl; la intolerancia a los hidratos de carbono, que se presenta cuando a las 2 horas de tomar 75 gramos de glucosa, la glucemia oscila entre 140 y 199 mg/dl y una hemoglobina glucosilada (HbA1c), parámetro que refleja la glucemia media de los últimos meses, que está entre 5,7 y 6,4 %.
“De todas las personas que se encuentran en situación prediabética, alrededor de un tercio pueden evolucionar a diabetes, otro tercio se mantienen en prediabetes y el tercio restante, si se adhiere a una serie de medidas higiénico-dietéticas, pueden prevenir la diabetes de tipo 2”, ha subrayado Bellido. Respecto al uso de fármacos, la metformina se puede usar para tratar la diabetes, pero no está claro, ni hay consenso, según la experta, que en prediabetes haya que utilizar fármacos. “Lo más importante realmente son las medidas de estilo de vida”, añade.
Hacer ejercicio
Esta enfermedad se produce cuando una persona presenta resistencia a la insulina, es decir, su páncreas la sigue fabricando, pero su cuerpo no responde como debería. La glucosa es menos capaz de penetrar en las células y realizar su función de suministrar energía, por ende, el páncreas detecta una concentración elevada de glucosa en sangre y sigue fabricando esta hormona. A la larga, esto va a provocar el ‘agotamiento’ del páncreas, que dejará de ser capaz de generar la suficiente como para mantener controlada la concentración de azúcar en sangre.
Los tejidos grasos en el organismo, producen sustancias que disminuyen la sensibilidad de los receptores de la insulina, de ahí que una de las principales causas del aumento de los casos de diabetes tipo 2, sea la obesidad y el sobrepeso. Por eso, lo más importante es mantener una rutina de actividad física. El ejercicio ayuda a bajar de peso, descender el nivel de azúcar en sangre y aumentar la sensibilidad a la insulina, hasta en un 51% con actividad moderada, llegando al 85% con ejercicios de alta intensidad.
Lo ideal es realizar al menos 30 minutos de actividad física, cinco días por semana, que depende de la persona y su rango de edad y puede ser desde un ejercicio más intenso, hasta una caminata de media hora.
Cuidar la alimentación
“La clave está en llevar una dieta equilibrada y saludable, evitando los azúcares simples y en todo lo posible, los alimentos procesados. Limitando también el consumo de grasa. Un patrón de dieta mediterránea es de gran ayuda”, ha destacado Bellido. Los carbohidratos refinados y los alimentos azucarados son descompuestos rápidamente por el organismo, en moléculas de azúcar, que pasan al torrente sanguíneo, elevando el nivel de glucosa en sangre, algo que hay que evitar. Entre los alimentos recomendados están las ensaladas, hortalizas, verduras de hoja ancha y carbohidratos complejos como los de la pasta, el arroz o el pan integral, además de alimentos ricos en fibra.
Bajar de peso
La obesidad es uno de los factores de riesgo más importantes de la diabetes tipo 2, por eso, en el caso de encontrarse en esta situación, bajar de peso es una prioridad. Depende siempre de la constitución de la persona, como de su altura; pero si tiene sobrepeso, lo recomendable es perder de un 5 a un 7% del peso inicial, es decir, del actual. Además de la dieta y el ejercicio físico, reducir las raciones de alimentos que se consumen podría contribuir a perder peso.
Dejar de fumar
El tabaquismo también es un factor de riesgo, tanto para la diabetes tipo 2 como para multitud de patologías como enfermedades cardiacas y cánceres. Este hábito negativo puede contribuir a la resistencia a la insulina, hasta en un 40%, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades. Además, este porcentaje aumenta en función de la cantidad de cigarrillos que se consuman al día.
Hacer controles periódicos analíticos
“A partir de los 40-45 años, lo ideal sería realizar controles periódicos analíticos que incluyan glucosa, para ver si realmente en algún momento hay presencia de diabetes”, ha señalado la doctora. Si hay antecedentes familiares u otros factores de riesgo como el sobrepeso, sería recomendable hacer este tipo de análisis en períodos que no superen los tres años.
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