Cuando se trata del control de la diabetes es importante considerar que las fluctuaciones constantes de los niveles altos y bajos de azúcar en la sangre con el tiempo pueden conducir a complicaciones graves de salud y un impacto en la calidad de vida.

Ante esto, una de las recomendaciones que realizan los especialistas es concienciar a la población para que aprendan a comprender los niveles de azúcar en la sangre.

Cada vez que alguien come, el alimento se descompone en partículas diminutas en el cuerpo. Muchos alimentos contienen carbohidratos que se descomponen en moléculas de glucosa. Por lo tanto, después de comer alimentos con carbohidratos, el azúcar en la sangre aumenta porque hay más glucosa en el cuerpo.

Por el contrario, si la persona no ha comido en mucho tiempo, los niveles de azúcar en la sangre pueden bajar porque no hay mucha glucosa en su sistema. Así que es necesario, utilizar la insulina antes de la ingesta de alimentos, con la finalidad de ayudar a controlar los niveles de glucosa o azúcar en la sangre.

¿Cómo controlar la diabetes?

Según una publicación realizada por el Dr. Oscar Quintero, director Médico en Abbott, el control de la diabetes implica un buen control glucémico, lo que significa controlar constantemente  los niveles de azúcar en sangre para asegurarse de que se encuentran dentro de los rangos objetivo. Cuando las personas no mantienen un buen control glucémico, puede causar problemas como hiperglucemia (niveles altos de azúcar en sangre), hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre) o fluctuaciones en el azúcar en la sangre.

De otro lado, la hiperglucemia puede ser causada si el cuerpo no produce suficiente insulina o no la utiliza adecuadamente; se puede dar por comer de más; por hacer menos ejercicio del necesario; por estrés emocional o enfermedad. Los síntomas incluyen micción frecuente, aumento de la sed, visión borrosa o fatiga. Si no se trata, la hiperglucemia puede causar cetoacidosis, que es una afección grave que puede conducir al coma diabético.

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La hipoglucemia, en cambio, puede ocurrir si alguien no está comiendo suficientes carbohidratos, saltándose una comida, haciendo ejercicio intensamente o durante un largo período de tiempo, o tomando demasiados medicamentos para la diabetes. Los síntomas de la hipoglucemia incluyen sensación de temblor, latidos cardíacos rápidos o irregulares, náuseas o sensación de mareo. Si no se trata, puede causar hipoglucemia grave que puede conducir a convulsiones, coma o incluso la muerte.

Cuando los niveles de azúcar en la sangre fluctúan constantemente puede afectar la salud y la calidad de vida.  El Dr. Quintero también indica que las fluctuaciones constantes y el control glucémico deficiente también pueden conducir a complicaciones graves de salud como enfermedad renal, enfermedad ocular, úlceras de pie diabético, enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.

¿Cómo mantener el control glucémico?

Las personas con diabetes tipo 2 pueden mantener un buen control glucémico a través de factores clave como los medicamentos para la diabetes, la nutrición y la actividad física, los cuales desempeñan un papel sinérgico en el control de la diabetes.

Un profesional de la salud puede guiar a las personas a identificar los medicamentos que funcionen mejor para cada persona. Tomar medicamentos para la diabetes según lo prescrito por un profesional de la salud puede ayudar a controlar el nivel de azúcar en sangre dentro del rango objetivo.

La actividad física puede ayudar a las personas con diabetes a controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducir su riesgo de enfermedad cardíaca y neuropatía. Además, estar físicamente activo puede ayudar a las personas a perder o mantener peso, dormir mejor y controlar su presión arterial.

La nutrición también es un componente clave en el manejo de la diabetes y debe adaptarse a cada individuo. Hablar con un profesional de la salud, especialista en nutrición, puede ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a determinar un patrón de alimentación que funcione mejor para cada persona. En general, es importante comer alimentos ricos en nutrientes, como frutas y verduras en tamaños de porción adecuados. Algunas personas también deben controlar la cantidad y el tipo de carbohidratos que consumen.

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Los carbohidratos son uno de los principales nutrientes que se encuentran en los alimentos y algunas bebidas y tienen un impacto directo en los niveles de azúcar en la sangre. Si se tiene en cuenta el índice glucémico (IG) de los alimentos, un valor que indica la velocidad o rapidez con que un alimento puede aumentar los niveles de azúcar en sangre, puede ayudar a controlarlos. En general, los alimentos con bajo índice glucémico aumentan el azúcar en la sangre lentamente, mientras que los alimentos con alto índice glucémico aumentan el azúcar rápidamente en la sangre.

Para las personas con diabetes, los alimentos con alto índice glucémico pueden dificultar el control de la diabetes, mientras que comer alimentos con bajo índice glucémico puede ayudar a las personas a controlar el azúcar en la sangre. Algunos ejemplos de alimentos bajos en IG son la cebada, la quinoa, la avena, algunas frutas y la mayoría de los frutos secos, legumbres y frijoles. Los alimentos o bebidas especializadas para la diabetes, que se pueden utilizar como reemplazo de comidas, están diseñados para ayudar a minimizar los picos de azúcar en sangre, cuando se usan como parte de un plan para el manejo de la diabetes.

Los monitores de glucosa continuo (MGC) son nuevas herramientas que ayudan a monitorear las fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre a lo largo del día. Asimismo, el Dr. Oscar Quintero señala que, junto con un plan de alimentación y un estilo de vida saludable, los monitores flash de glucosa pueden ser útiles para ayudar a mantener la glucosa en sangre dentro de los rangos objetivo. Los sistemas de monitoreo de glucosa continuo también pueden demostrar el impacto de ciertos alimentos y bebidas en la respuesta glucémica.

Un buen control glucémico requiere un esfuerzo concertado, pero se puede lograr a través de medicamentos para la diabetes, una buena nutrición y actividad física.

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