Por: Eugenia Galindo, MD, Instituto Renal del Este Sociedad  de Nefrología e Hipertensión de PR

La hiperglucemia crónica de la diabetes se asocia a largo plazo con la disfunción de varios órganos, especialmente los ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos.  Existen dos tipos de diabetes, la diabetes tipo 1 que usualmente aparece en niños o jóvenes  y siempre requiere insulina; la tipo 2 aparece en edad adulta y generalmente puede ser controlada con dieta y medicamentos orales, pero también puede requerir el uso de insulina. 

La  diabetes es una enfermedad seria que afecta un segmento importante de nuestra población.  Actualmente se estima que en los Estados Unidos de América hay aproximadamente 20 millones de diabéticos y en Puerto Rico, alrededor de 550 000, siendo una de las primeras cinco causas de muerte. De igual modo, la diabetes es la primera causa de pérdida de la visión (ceguera), amputaciones no traumáticas de extremidades inferiores, fallo renal e impotencia.

Nefropatía diabética

La nefropatía diabética (enfermedad renal secundaria a diabetes) es la causa principal de enfermedad renal terminal en el mundo occidental y la incidencia anual se ha duplicado en la última década.

La nefropatía diabética se desarrolla en aproximadamente un 35% de los pacientes diabéticos tipo 1, con una incidencia máxima después de 15 a 20 años del diagnóstico de la enfermedad. Estudios en pacientes diabéticos tipo 2 muestran una incidencia similar o superior a la de los tipo 1.

Prevalencia

En los años 2000-2002 existían más de 3000 pacientes en tratamiento de diálisis crónica en nuestra isla, de los cuales más de la mitad eran diabéticos.  Se han postulado numerosos factores importantes en la causa de la nefropatía diabética.

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Diagnóstico

El diagnóstico de daño renal usualmente puede hacerse en base a datos clínicos sin necesidad de recurrir a biopsia renal.  En general, en un paciente diabético por más de 10 años con proteinuria y coexistencia de retinopatía diabética se asume la diabetes como causa de la enfermedad renal.  El daño renal temprano se manifiesta por el desarrollo de microalbuminuria (pequeñas cantidades de albúmina en la orina), que con el paso de los años desemboca en proteinuria franca (altas cantidades de proteína en la orina, mayormente albúmina).  Hay métodos de detección de microalbuminuria en el laboratorio clínico.

Una vez que la proteinuria franca se establece, la función renal empieza a declinar inexorablemente y aproximadamente el 50% de estos pacientes llegan a enfermedad renal terminal en 10 a 15 años.

¿Qué podemos hacer?

Desafortunadamente, una vez establecida la nefropatía diabética, el desarrollo de enfermedad renal terminal se puede posponer, pero usualmente no evitar. Evidencia clínica y científica ha demostrado que las complicaciones de la diabetes en general se pueden prevenir o detener sustancialmente si se  consigue un control estricto de la glucemia.  Por eso es importante la intervención temprana en aquellos pacientes que presentan factores de riesgo.

Conclusiones

Se recomienda realizar anualmente una prueba de orina de cernimiento para microalbúmina en todos los pacientes con diabetes tipo 2 desde el diagnóstico.  De esta forma se pueden identificar los pacientes con alto riesgo de desarrollar nefropatía diabética en una etapa temprana.

Las mayores intervenciones terapéuticas al presente capaces de disminuir o incluso parar el desarrollo de la nefropatía diabética franca son: 1)  mejorar el control glucémico (niveles de azúcar en la sangre), 2) control estricto de la presión sanguínea sistémica, 3) uso de medicamentos protectores de riñón y 4) restricción de proteína y sal en la dieta.

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Por lo tanto llévese el mensaje, si es diabético, hágase una prueba de orina para proteína  al menos una vez al año y visite a su médico regularmente.  El podrá recomendarle la necesidad de visitar a un nefrólogo (especialista de los riñones) cuando sea necesario, temprano en el curso de la enfermedad para evitar el progreso mejorable de esta catastrófica enfermedad.

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