La diabetes puede generar una afectación en los vasos sanguíneos del cuerpo sin importar si estos hacen parte de los conocidos microvasculares (vasos pequeños), o macrovasculares (vasos más grandes).
Dentro de las complicaciones que pueden afectar a los vasos pequeños, se destaca en el paciente diabético:
La retinopatía: complicación ocular causada por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina.
La nefropatía: afecta la función de los riñones impidiendo que estos puedan expulsar excesos de toxina y líquidos que se encuentran en el cuerpo.
La neuropatía: daño en los nervios que disminuye la sensibilidad especialmente de pies y manos.
Entre las dificultades macrovasculares, se presenta la aterosclerosis, principalmente por la acumulación de grasa en las arterias llegando a formar placas que pueden obstruir completamente, alcanzando el punto de presentar infartos de miocardio, enfermedades arteriales, la mencionada anteriormente neuropatía, que en muchos casos es causante del pie diabético y por consiguiente responsable de muchos casos de amputación, así como factores de riesgo cardiovascular tales como hipertensión, hipoglicemia dislipemia y obesidad.
Las complicaciones microvasculares pueden llegar a controlarse con un riguroso control de glucemia, mientras que las macrovasculares son más complejas especialmente en pacientes con diabetes tipo 2, pues muchos de ellos, además de la diabetes, son obesos y adicional a ello, presentan otros problemas de salud, como índices elevados de colesterol e hipertensión.
El 80% de los diabéticos fallecen por problemas cardiovasculares o llegan a ver afectada su vida por amputaciones, especialmente de sus miembros inferiores.
El hecho de tener diabetes multiplica el riesgo de mortalidad tanto así, que en casos en los que se presenta acompañado de la obesidad empieza a considerarse como la epidemia del siglo XXI acuñada al término “diabesidad”.
Es indispensable que el médico verifique el mejor método para mantener estable la glucosa sin provocar aumentos en el peso corporal, para ello, existen diferentes tipos de insulina o antidiabéticos orales que te pueden funcionar.
No te olvides de programar actividades deportivas que ayudan no sólo en la lucha contra la diabetes y la obesidad sino también contra la tensión y las cardiopatías.
Con información de la Fundación para la Diabetes Novo Nordisk.
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