La derivación gástrica en Y de Roux, lo mismo que la gastrectomía en manga, es eficaz para mejorar la esteatosis hepática en pacientes con diabetes de tipo 2, según un nuevo análisis de un estudio aleatorizado y controlado.
Los dos procedimientos dieron como resultado la eliminación casi completa de la grasa hepática un año después de la cirugía, pero el efecto sobre la fibrosis hepática fue menos claro. Los autores recomiendan más investigación para examinar los efectos a más largo plazo sobre la fibrosis.
“Tanto la derivación gástrica como la gastrectomía en manga tuvieron una resolución completa de la grasa hepática según los resultados de la resonancia magnética. Es impresionante”, dijo el Dr. Ali Aminian, a quien se le pidió que comentara el estudio. El Dr. Aminian es profesor de cirugía y director del Bariatric & Metabolic Institute en la Cleveland Clinic, en Cleveland, Estados Unidos.
Alrededor de 25% de la población general y cerca de 90% de las personas con diabetes de tipo 2 y obesidad tiene esteatosis hepática no alcohólica, que puede desencadenar insuficiencia hepática o carcinoma hepatocelular. La esteatosis hepática puede combinarse con obesidad, resistencia a la insulina e inflamación para aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
La reducción de peso moderada puede eliminar la grasa del hígado y conducir a una mejora histológica en la esteatosis hepática, y estudios retrospectivos han señalado que la derivación gástrica en Y de Roux puede ser más eficaz que la gastrectomía en manga y la banda gástrica para contrarrestar la esteatosis hepática y la esteatohepatitis.
De hecho, el Dr. Aminian fue coautor de un artículo en que se describen los resultados del estudio SPLENDOR, en el cual se revisaron 650 adultos con obesidad y esteatohepatitis no alcohólica que se sometieron a procedimientos de cirugía bariátrica en hospitales de Estados Unidos entre 2004 y 2016 y se compararon los resultados de la biopsia hepática con los de 508 pacientes que se sometieron a programas de reducción de peso por medios no quirúrgicos.
Tras una mediana de seguimiento de 7 años, 2,3% del grupo tratado mediante cirugía bariátrica tuvo resultados adversos graves en el hígado, en comparación con 9,6% del grupo no quirúrgico (hazard ratio ajustado [HRa]: 0,12; p = 0,01). La incidencia acumulada de eventos cardiovasculares adversos mayores fue de 8,5% en el grupo tratado con cirugía bariátrica y de 15,7% en el grupo no quirúrgico (HRa: 0,30; p = 0,007). De los pacientes del grupo quirúrgico, 0,6% falleció durante el primer año después de la cirugía por complicaciones quirúrgicas.
No obstante, la cuestión no se ha demostrado en un estudio aleatorizado y controlado.
En el estudio publicado en versión electrónica en Annals of Internal Medicine, los investigadores dirigidos por la Dra. Kathrine Aglen Seeberg y el Dr. Jens Kristoffer Hertel, Ph. D., del Vestfold Hospital Trust, en Tønsberg, Noruega, llevaron a cabo un análisis secundario especificado de antemano de los datos de 100 pacientes (65% integrado por mujeres; media de edad: 47,5 años) con diabetes de tipo 2 que se habían aleatorizado para someterse a derivación gástrica en Y de Roux o gastrectomía en manga en su centro entre enero de 2013 y febrero de 2018.
Antes de la cirugía la fracción de grasa hepática media era de 19% (desviación estándar [DE]: 12%). En los grupos sometidos a gastrectomía en manga o derivación gástrica en Y de Roux, 24% y 26% de los pacientes no tenían esteatosis o esta era de bajo grado (fracción de grasa hepática ≤ 10%). La fracción de grasa hepática se redujo 13% en ambos grupos a las 5 semanas y 20% y 22% al año, respectivamente, sin diferencias significativas entre los dos grupos.
Al año, 100% del grupo tratado mediante derivación gástrica en Y de Roux no tenía esteatosis o la tenía en bajo grado, así como 94% del grupo tratado con gastrectomía en manga (sin diferencia significativa). Al cabo de un año los dos grupos presentaban disminuciones porcentuales similares en la puntuación de grasa hepática por esteatosis hepática no alcohólica (diferencia entre los grupos: -0,05) y en el porcentaje de grasa hepática por esteatosis hepática no alcohólica (diferencia entre los grupos: -0,03; sin diferencias significativas para ninguno de los dos).
Al inicio del estudio 6% del grupo tratado con derivación gástrica en Y de Roux y 8% del grupo tratado con gastrectomía en manga presentaron fibrosis intensa medida por la prueba de fibrosis hepática mejorada. Al cabo de un año las frecuencias respectivas eran de 9% y 15%, lo que no constituía un cambio estadísticamente significativo.
Hubo mucha variación en los cambios de la puntuación de fibrosis hepática mejorada entre los individuos, pero 18% pasaron a una categoría de fibrosis hepática mejorada superior y solo 5% mejoró a una categoría de fibrosis hepática mejorada inferior al año.
Las limitaciones del estudio son el hecho de que se realizó en un solo centro y en una población predominantemente blanca. En el estudio tampoco se utilizó biopsia hepática, que es el estándar para medir la fibrosis. Los individuos con diabetes de tipo 2 pueden tener una esteatosis hepática no alcohólica más grave, lo que podría limitar la aplicabilidad a los individuos sin diabetes de tipo 2.
En conjunto, los estudios producen un claro mensaje clínico, según el Dr. Aminian. “Proporcionan datos convincentes para los pacientes y los proveedores de servicios médicos de que si podemos ayudar a los pacientes a bajar de peso, podremos revertir el hígado graso”, concluyó.
Fuente consultada aquí.
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