Una diabetes mal controlada daña los vasos sanguíneos de la retina y puede provocar enfermedades visuales como la retinopatía diabética que no da síntomas en su inicio. Por eso es clave llevar un control estricto de la enfermedad y acudir una vez al año al oftalmólogo.

De los 6 millones de españoles que sufren diabetes, un 30% se ve afectado por problemas de visión y es que la diabetes es una enfermedad que daña el corazón, el sistema nervioso, los pies, los riñones y también los ojos.

La Dra. Anniken Burés, especialista del Departamento de Retina y Vítreo del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), asegura que el daño ocular provocado por esta enfermedad es tan altísimo porque:

La diabetes tipo 2 está infradiagnosticada. Un 40% de los afectados no sabe que la padece. Este tipo de diabetes no da síntomas y muchos enfermos la sufren durante años hasta que se les detecta de forma rutinaria con una analítica o incluso con uno, la realización de fondo de ojo en una revisión en el oftalmólogo.

En la diabetes tipo 1 esto no suele ocurrir porque el trastorno presenta síntomas y a edades más tempranas, con la que acostumbran a ser pacientes que tienen muy bien controlada la enfermedad, tanto con buenos hábitos como con fármacos.

Por eso hay mayor incidencia de enfermedad ocular en personas con diabetes tipo 2 que tipo1.

Así daña la diabetes la vista

El mecanismo por el cual la diabetes daña la visión es muy complejo pero, en términos muy generales, la Dra. Burés explica que esta enfermedad provoca un daño en los vasos sanguíneos.

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Se podría comparar con un sistema de cañería cuyo calibre se va estrechando a causa del daño que origina la glucosa, impidiendo que circule bien la sangre.

La retina se deteriora a causa de esa isquemia o falta de riego sanguíneo. La retina metabólicamente es muy activa, es decir, requiere mucho oxígeno. Por ello enseguida acusa la falta de riesgo. Si no le llega el 100% de la sangre que necesita, sus células empiezan a morir. Por tanto, cuanto más avanzado está el trastorno, mayor es la pérdida de células de la retina.

Aparecen complicaciones vasculares. Los vasos sanguíneos no solo se estrechan o taponan, también cambian de forma, sangran con más facilidad.

Qué enfermedades visuales provoca

Las dos principales consecuencias del daño que provoca la glucosa en la visión son la retinopatía y el edema macular diabético. Este último es la primera causa de pérdida de visión en los diabéticos. Está muy relacionado con la retinopatía diabética, aunque no siempre aparece a la vez o con la misma intensidad.

Retinopatía diabética

En esta enfermedad, la falta de riego sanguíneo se inicia en la zona periférica de la retina, por eso no suele dar síntomas, es decir, el paciente ve bien y no nota nada extraño. Solo cuando está extremadamente avanzada y la isquemia afecta a la zona central hay pérdida de visión.

Una persona puede sufrir una retinopatía leve, moderada o incluso severa y su visión puede ser correcta y no sospechar que le pasa algo grave, siempre y cuando no tenga también un edema muscular, afirma la Dra. Burés.

Por eso es tan importante que el paciente diabético acuda de forma rutinaria al oftalmólogo para detectar el problema en su inicio y controlar su avance.

“Lo ideal es que no desarrollan nunca retinopatía, pero sabemos que al cabo de 10 o 20 años de sufrir la enfermedad, el riesgo es muy alto por muy bien que se cuide. No hay que olvidar que es una enfermedad metabólica de largo recorrido, pero si cogemos a tiempo ese deterioro, el pronóstico es mucho mejor, asegura la oftalmóloga.

Si se deja que la enfermedad avance y se agrava mucho, el ojo puede sangrar por dentro, la retina puede llegar a desprenderse. En estos casos, explica Burés” Existen tratamientos quirúrgicos, pero lo ideal es no llegar a ese extremo. Para evitar las formas más severas de la retinopatía debe realizarse un control metabólico muy estricto y se cuenta con tratamientos como el láser o las inyecciones de fármacos angiogénicos en la retina”.

Edema macular diabético

Es la segunda afección visual más prevalente entre los diabéticos. En este caso se produce un encharcamiento de líquidos en la mácula, por lo que provoca enseguida de visión.

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El paciente se ve borroso, sobre todo cuando intenta enfocar la vista, por ejemplo para leer un texto.

Si se diagnostica en su inicio el pronóstico es bueno porque el tratamiento es efectivo. Se trata con inyecciones intraoculares para reducir la inflamación que se produce en el centro de la retina, que se deberán aplicar de forma periódica porque se trata de una enfermedad crónica.

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