La nefropatía diabética o enfermedad renal causada por diabetes es muy común entre los pacientes del tipo 2 (T2D/CKD) que descuidan los consejos médicos básicos de alimentación, ejercicio y laboratorios de rutina.
Por ello se hace imprescindible el tratamiento del médico de atención primaria, para la orientación efectiva sobre cómo evitar este desenlace prevenible. “Se recomienda que una vez el diagnóstico de diabetes sea positivo, el paciente acuda inmediatamente al Internista para que se le ordenen los laboratorios correspondientes a determinar la función renal”, comienza a explicar el doctor Víctor Gordo González, Médico Internista, con cerca de tres décadas de experiencia en esa disciplina.
“El paciente diabético sufre principalmente de tres enfermedades crónicas vinculadas al exceso de azúcar en la sangre: ceguera (retinopatía), enfermedades del corazón y del riñón. Sobre este último, podríamos asegurar que se puede retardar si lo atendemos a tiempo y el paciente sigue al pie de la letra las recomendaciones”, indica Gordo González.
Pruebas diagnósticas
El galeno informa que inicialmente el paciente será referido a un laboratorio para la realización de tres a cuatro pruebas que determinarán su función renal y a partir de entonces, la dieta a seguir y otras recomendaciones para evitar la degeneración del importante órgano. Llame a su proveedor si tiene diabetes y no le han hecho un análisis de orina para buscar proteína.
“Las químicas de laboratorio son de electrolitos, Creatina y filtración de glomérulos. Otra prueba, no menos importante es la detección de microalbúminas en la orina. Esto se refiere a la presencia de proteínas en la orina”, especifica el entrevistado.
Nefronas
El riñón está compuesto de cientos de miles de unidades pequeñas llamadas nefronas. Estas estructuras filtran la sangre, ayudan a eliminar los desperdicios del cuerpo y controlan el equilibrio de líquidos. En personas con diabetes, las nefronas se engruesan y con el tiempo cicatrizan. Las nefronas comienzan a filtrarse y la proteína (albúmina) pasa a la orina. Este daño puede suceder años antes del comienzo de cualquier síntoma de enfermedad renal.
“Son cinco (5) etapas que ocurren cuando una persona tiene algún problema o daño renal. Son asintomáticas y por ello se hace imperante que la persona que es diabética se haga los laboratorios a tiempo antes de llegar a la etapa 4 y 5”, detalla Gordo González.
“Si una persona se hace una prueba de rutina de sangre para determinar la glicocidad (cantidad de azúcar que carga la hemoglobina) y posee un valor de 7 o más, esa sangre está glicocidada lo que provoca; en mayor riesgo, el proceso degenerativo de los órganos principales del cuerpo”, explica el médico.
Daño renal
El daño renal es más probable si usted: no tiene controlado el azúcar en la sangre y padece de obesidad. Se añaden a esta lista el fumar y los factores de presión arterial alta, la diabetes tipo 1 que comenzó antes de los 20 años de edad y si la persona posee familiares diabéticos y con problemas renales. Otro punto determinante es la herencia racial; si es afroamericano, mexico-americano, latinoamericano o nativo americano.
“A menudo, no hay síntomas conforme comienza el daño renal y empeora lentamente. El daño renal puede comenzar de 5 a 10 años antes del inicio de los síntomas. Las personas que tienen enfermedad renal más grave y prolongada (crónica) pueden presentar síntomas como: Fatiga la mayor parte del tiempo, sensación de malestar general, dolor de cabeza, latidos cardíacos irregulares, náuseas y vómitos. Se observa además la falta de apetito, hinchazón de las piernas, dificultad para respirar, picazón y resequedad en la piel y la propensión a infecciones”, explica.
La nefropatía diabética es una causa importante de enfermedad y muerte en personas con diabetes. La diabetes afecta al 17.2% (entre 500,000 a 600,000) de la población en Puerto Rico según los últimos datos disponibles del Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (2017). Esta es la tercera causa de muerte en Puerto Rico y está relacionada al desarrollo de condiciones crónicas como la pérdida de visión, daño al riñón y problemas cardiacos, que son la primera causa de muerte en nuestra Isla.
Personas con más incidencia
La diabetes tipo 2 tiende a ocurrir en personas en edad adulta, sin embargo, con la epidemia de obesidad vemos esta condición en niños con más frecuencia. Algunos factores de riesgo el estilo de vida sedentario entre otras. Por esto, nuestra población está a riesgo y hemos visto que la prevalencia aumenta con el pasar de los años. Es importante que todos hagamos el esfuerzo de mejorar nuestros hábitos de alimentación y actividad física. A diferencia de la diabetes tipo 1, la persona produce insulina al comienzo de la condición y podemos usar medicamentos orales solamente en muchos pacientes con diabetes tipo 2 aunque algunos requieren que también utilicemos insulina. Todo esto en unión a cambios en el estilo de vida.
Existen algunos síntomas que por lo general, pueden advertirle sobre problemas de azúcar excesiva en la sangre. Estos son: la poliuria (frecuencia alta de orinar), polifagia (comer desmedidamente), padecer de mucha sed, visión borrosa y cansancio.
“En las etapas 1 y 2 de un paciente diabético con problemas renales puede llevar a la necesidad de diálisis o de un trasplante de riñón en caso de no seguir las recomendaciones. Esto perjudica tanto al paciente como a sus familiares si tomamos en cuenta que si debe dializarse 3 veces por semana a razón de $1,000 a $1,200 por tratamiento, pagara cerca de $5,000 semanales. A muchos de mis pacientes los llevo a centros de diálisis para que vean de primera mano lo que les espera si no hacen caso a las advertencias y recomendaciones. La diabetes puede presentar retos serios en nuestra vida, pero podemos vivir una vida plena si logramos tener control de la misma”, dijo el galeno.
Medición de presión arterial
Otras pruebas que el médico primario deberá tener en consideración recomendar es medir la presión arterial. Una presión alta daña sus riñones y es más difícil de controlar cuando se tiene daño renal. Se puede ordenar una biopsia del riñón para confirmar el diagnóstico o buscar otras causas de daño renal. Si usted tiene diabetes, su proveedor también le revisará los riñones con los siguientes exámenes de sangre todos los años: Nitrógeno ureico en sangre, y la aplicación de Creatinina en suero.
“Cuando el daño renal se identifica en sus etapas tempranas, se puede retardar con tratamiento. Una vez que aparezcan cantidades mayores de proteína en la orina, el daño renal lentamente empeorará. Hay que seguir los consejos del médico para evitar que su enfermedad empeore”, enfatiza el interlocutor.
Cómo frenar la nefropatía diabética
La nefropatía diabética se puede retardar controlando los niveles de azúcar en la sangre. Se recomienda: hacer ejercicios, una dieta saludable con las tres (3) comidas diarias y en algunos casos incluir meriendas, revisar sus niveles de azúcar en la sangre con la frecuencia que se le indique, llevar un registro de los valores para conocer de qué forma las comidas y las actividades afectan su nivel y utilizar medicamentos o insulina según las indicaciones.
El Diabetes Control and Complications Trial y su estudio de seguimiento Epidemiologyof Diabetes Interventions and Complications demostró que un control adecuado en etapas tempranas de la diabetes, reducía la posibilidad a corto y largo plazo de desarrollar complicaciones de esta condición. Además de lograr un buen control de la condición es importante realizar ciertas evaluaciones que permiten detectar estas posibles complicaciones en etapas tempranas.
Adicional a la nefropatía diabética, existen complicaciones de vasos grandes como los infartos o derrames cerebrales. “El paciente con diabetes se debe evaluar con su médico especialista al menos cuatro veces al año y debe notificar sobre síntomas: como episodios de dolor opresivo en el pecho, cansancio excesivo al hacer actividades que antes realizaba sin problemas, sensación de adormecimiento o ardor en los pies y espuma en la orina”, sostuvo Gordo González.
Recomendaciones
En noviembre, la Federación Internacional de Diabetes Mellitus y la Organización Mundial de la Salud, durante las actividades de concienciación sobre la enfermedad y los tratamientos sanitarios primarios a los pacientes de nefropatía diabética, recomiendan que este se efectúe un examen por un oftalmólogo para una evaluación de retina y detectar cambios en etapas tempranas. Le sigue a esta un examen anual del pie por su médico que incluye: la prueba de monofilamento en la cual se utiliza un instrumento que parece hilo de pescar y permite detectar si el paciente tiene sensación en diferentes partes del pie. También se evalúa el reflejo en el talón de Aquiles, vibración y capacidad de detectar temperatura y posición.
Las personas que no tienen factores de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 deben comenzar a ser evaluados con laboratorios de sangre a los 45 años. Sin embargo, se supone que aquellas personas que tengan más de 18 años con factores de riesgo para diabetes y tengan sobrepeso sean evaluados para diabetes mellitus.
“La prevención es lo que hay que hacer. En general, recomiendo que entre las edades de 20 a 30 años, se hagan una prueba de laboratorio al año. Esto a menos que tengan un historial familiar de diabetes y luego de los 30 en adelante, una prueba cada seis (6) meses”, finalizó el Internista, quien posee oficinas en la 708 de la Avenida Ponce de León en Hato Rey.
Comentarios de Facebook