La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad metabólica, común y crónica que se caracteriza por hiperglicemia (nivel de azúcar alta).
La diferenciación más simplificada entre la diabetes mellitus tipo 1 y la tipo 2 es que esta última se presenta cuando el paciente posee resistencia a la insulina; mientras que la diabetes tipo 1 se evidencia cuando el paciente tiene insuficiente insulina en su cuerpo.
Existe evidencia de que los factores ambientales tienen un rol importante en el desarrollo de la diabetes mellitus tipo 1, entre ellos los virus.
Sin embargo, estos por sí solos no poseen ningún mecanismo de origen que evidencie una explicación de la etiología ambiental de la DM tipo 1.
Por otro lado, una variedad de virus y mecanismos pueden contribuir al desarrollo de diabetes en personas genéticamente susceptibles. En la actualidad no se ha probado que la infección viral por sí sola sea la causa de la diabetes.
La forma en la cual un virus puede afectar al desarrollo de la diabetes mellitus tipo 1 es variada y compleja. Se cree que un virus puede causar infección directa, dañar y causar inflamación de las células βeta del páncreas, las cuales producen insulina.
Además, un número significativo de virus se han asociado con la DM tipo 1, como el enterovirus Coxsackie B, el rotavirus, las paperas o el citomegalovirus, siendo los primeros los más asociados.
Infecciones virales
La evidencia más clara del rol de la infección viral en la DM tipo 1 se evidencia en una condición que en nuestro país no se reporta, afortunadamente. Se trata del síndrome de rubéola congénita, conocido como sarampión alemán en Norteamérica. Este síndrome es causado por el virus de rubéola. Si una mujer embarazada se afecta con el sarampión alemán, el bebé puede padecer el síndrome de rubéola congénita. Si esto ocurre, el bebé puede nacer con diversas malformaciones en varios sistemas de su cuerpo entre las que resaltan daño al cerebro, corazón, ojos y oídos. Adicionalmente, el virus de la rubéola puede afectar y dañar el páncreas del feto.
Prevalencia
Hasta un 40% de estos niños afectados pueden desarrollar DM tipo 1; aunque no nacen con diabetes, la pueden desarrollar hasta 20 años después de nacer. Curiosamente, cuando la rubéola afecta luego del nacimiento o cuando se vacuna contra esta se evidencia un aumento del riesgo de diabetes.
Importancia de la inmunización
Otro aspecto importante a resaltar es la importancia de la vacunación rutinaria de los bebés, niños, adolescentes y adultos como forma de protección hacia tantas enfermedades como el sarampión alemán.
La vacuna que protege contra rubéola también lo hace contra las paperas y el sarampión común; se conoce como la MMR. Esta debe colocarse entre los 12 y 15 meses de nacido y se refuerza entre los 4 y 6 años.
Cabe mencionar que se está estudiando cómo la exposición a algunas infecciones virales también puede proteger y no siempre perjudicar al sistema inmune de los humanos.
A modo de resumen, el rol de algunos virus en causarle daño al páncreas es probable. Sin embargo, el mecanismo continúa estudiándose.
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