El número de pacientes con diabetes no para de crecer. La buena noticia es que también crecen los tratamientos para hacerle frente a la enfermedad. A los nuevos avances con agujas indoloras, se vislumbra la posibilidad de administrar insulina en pastillas.
La diabetes es una enfermedad que se caracteriza porque el cuerpo no es capaz de asimilar el azúcar o sea la glucemia y hacen que suban los niveles en la sangre.
En la diabetes tipo 2 este exceso de azúcar en un 90% de casos se relaciona con el sobrepeso y el exceso de consumo de azúcar en relación al que se gasta.
Aún así, hay un 10% que como pasa con todos los pacientes de la diabetes tipo 1, no tienen suficiente insulina que es la que degrada el azúcar para que el cuerpo la absorba. Todas estas personas tienen que recurrir al pinchazo de insulina externa, en muchos casos a diario con cada comida.
Aparece una pastilla de insulina
El Instituto Tecnológico de Massachusetts en Estados Unidos ha probado con éxito una píldora que sustituye a la inyección de insulina.
“La insulina es una hormona compleja y el estómago sólo absorbe una parte pequeña porque se degrada antes entre los ácidos gástricos”, explica el doctor Alfonso López Alba, portavoz de la Sociedad Española de Diabetes.
El problema lo han solucionado con una aguja de insulina que se dispara en cuanto llega al estómago y se clava en su pared.
De esta manera, va inyectando la insulina de forma parecida a la de las agujas convencionales. Las cápsulas tienen una forma especial para que se mantenga recta al caer y se clave bien.
Hasta ahora los experimentos se han hecho en animales y los resultados por ahora son iguales al de las inyecciones subcutáneas.
Qué se puede esperar en el futuro
Es un gran avance, pues hasta ahora las pastillas de insulina, que es cara de producir, no eran económicamente rentables, ya que se degradan la mayoría del producto antes de ser absorbido.
En el interior del estómago no hay sensores del dolor y el pinchazo no duele. Al ser pequeña, la herida se cierra rápidamente. No queda claro, sin embargo, qué efecto pueden tener tantos pinchazos en el estómago a largo plazo.
“En temas de nanotecnología vamos a ver grandes cosas”, asegura el doctor López. Pero todo eso aún tardará algún tiempo en ver su aplicación comercial. “No esperamos que la pastilla se comercialice antes de cinco años como mínimo”, apunta el endocrino.
Cualquier producto nuevo farmacéutico debe pasar primero varias fases en humanos antes de que las autoridades den su autorización. Sobre todo si hay otros métodos sustitutivos eficaces.
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